Existe una leyenda que susurran los selectos círculos de la Costa Dorada Catalana, en las exclusivas zonas de Cambrils y Tarragona. Cuentan que a unos 5 km de la costa, en las profundidades del Mar Mediterráneo, se encuentra una isla sumergida. Durante los veranos, esta joya emerge majestuosamente, creando un paraíso efímero de aproximadamente 2 km cuadrados. Su presencia es anunciada por dos palmeras gigantes que se alzan como columnas de un santuario secreto.

Los ancianos pescadores, custodios de esta historia, relatan que esta isla, siempre cambiante en su ubicación precisa, oculta uno de los tesoros más preciados: una singular especie de caballito de mar llamado BHYOS. Se dice que esta criatura es única en el mundo, una maravilla imposible de encontrar en cualquier otro rincón del planeta.

Los BHYOS, con su despliegue infinito de colores, danzan en los lagos y cenotes temporales que se forman durante la emergencia de la isla. Según cuentan los pescadores, el nombre BHYOS, fue otorgado por un adinerado visionario que exploró la isla por primera vez, gracias a la invitación secreta de un amigo pescador. Rinde homenaje a la palabra griega «βυθός» (buthós), evocando la profundidad que esconde este tesoro marino único. Es la esencia de lo misterioso, lo profundo y lo inexplorado que atrae a aquellos que buscan descubrir los tesoros más exquisitos del mundo marino.

La leyenda perdura gracias a unos pocos pescadores ancianos y la descendencia del adinerado conocedor del secreto, quienes, a lo largo de los siglos, han aprendido a predecir con precisión los tres días exactos de la emergencia de la isla. Además, aseguran la existencia de un algodón único, que al segundo día de la aparición, se manifiesta como lo haría en los campos andaluces donde hoy día se cultiva.